EDUCACIÓN SUPERIOR
PARA REFUGIADOS
Oportunidades académicas para jóvenes refugiados residentes en México y en el extranjero


QUÉ
HACEMOS
El programa de Educación Superior para Refugiados de DIME promueve oportunidades de educación superior para jóvenes desplazados y refugiados en el mundo, impulsado así un enfoque inclusivo y de toda la sociedad. En colaboración con el Gobierno de México y el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), este programa promueve un modelo de acción integral para garantizar tanto la protección internacional como la integración local a través de becas académicas en México.
POR QUÉ
LO HACEMOS
En 2022, el número de personas afectadas por el desplazamiento forzado superó por primera vez los 100 millones. Gran parte de la población afectada está en edad escolar: el 40% de los desplazados tiene menos de 18 años y el 13% se integra por jóvenes de entre 18 y 24 años.
Como parte de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible adoptada en 2015, las Naciones Unidas fijaron el objetivo mundial de garantizar una educación de calidad inclusiva y equitativa y promover oportunidades de aprendizaje permanente para todos. Entre otras metas clave de este objetivo, la ONU pide a todos los países trabajar por un acceso equitativo a una educación asequible y de calidad, incluida la educación superior, para todas las personas.
Con 259 millones de niños y jóvenes sin posibilidad de acceder a una educación y un déficit de financiación anual de 148.000 millones de dólares, aún estamos lejos de alcanzar este objetivo. De los refugiados que tienen el perfil universitario, solo el 6% tiene acceso a la educación superior, frente a más del 40% de la población no refugiada en todo el mundo.
En respuesta, ACNUR ha formulado el objetivo 15by30: para 2030, el 15% de las personas refugiadas, tanto hombres como mujeres, deberían cursar estudios superiores.
DIME se une a la red de socios que trabajan para lograr este objetivo, pues creemos firmemente que la educación superior inclusiva en nuestra sociedad es una obligación, no una opción. A pesar de que en los últimos años se ha prestado más atención a la inclusión educativa, está claro que aún queda mucho por hacer para crear un entorno enriquecedor dentro y fuera de las universidades para todos los estudiantes y comunidades.
Como parte de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible adoptada en 2015, las Naciones Unidas fijaron el objetivo mundial de garantizar una educación de calidad inclusiva y equitativa y promover oportunidades de aprendizaje permanente para todos. Entre otras metas clave de este objetivo, la ONU pide a todos los países trabajar por un acceso equitativo a una educación asequible y de calidad, incluida la educación superior, para todas las personas, incluidas las más vulnerables.
Sin embargo, con 259 millones de niños y jóvenes aún sin posibilidad de acceder a una educación y un déficit de financiación anual de 148.000 millones de dólares, aún estamos lejos de alcanzar este objetivo. De los refugiados que tienen el perfil universitario, solo el 6% tiene acceso a la educación superior, frente a más del 40% de la población no refugiada en todo el mundo.
En respuesta, ACNUR ha formulado el objetivo 15by30: para 2030, el 15% de las personas refugiadas, tanto hombres como mujeres, deberían cursar estudios superiores. DIME se une a la red de socios que trabajan para lograr este objetivo porque creemos firmemente que la educación superior inclusiva en nuestra sociedad es una obligación, no una opción. A pesar de que en los últimos años se ha prestado más atención a la inclusión educativa, está claro que, aún queda mucho por hacer para crear un entorno enriquecedor dentro y fuera de la universidad para todos los estudiantes y comunidades.